jueves, 22 de marzo de 2012

EL CAPITÁN BLOOD



En “El Capitán Blood” disfrutamos de una historia magníficamente contada, de esas que hacen soñar a grandes y chicos; y no es de extrañar ya que dispone, permitidme el símil culinario, de todos los ingredientes necesarios para obtener un excelente guiso cinematográfico, aromático y virtuoso: El héroe guapo, elegante, decidido y valiente, dotado de una moralidad y una presencia de espíritu intachables. La bella heroína perdidamente enamorada de un imposible. Los malos y crueles terratenientes que hacen la vida muy difícil a nuestro héroe y sus incansables compañeros de fatiga que le acompañan en sus hazañas.
A esta suculenta receta debemos añadirle el elemento fundamental que no es otro que la mano experta del cocinero, un Michael Curtiz que con sapiencia y maestría nos transporta a ese mundo de aventuras románticas con el que el niño que todos llevamos dentro alguna vez soñó.

lunes, 5 de marzo de 2012

ÁNGELES CON CARAS SUCIAS



Comenzamos el ciclo dedicado a Michael Curtiz con la revisión de “Ángeles con Caras Sucias” una briosa cinta de gánsteres protagonizada por el entonces rey del género, con permiso de Edward G. Robinson, James Cagney.
“Ángeles con Caras Sucias” destaca por la originalidad de su guión, ya que su arquetípica trama pronto se torna heterodoxa y en ella acaban coexistiendo armónicamente los tics propios del subgénero con la crítica social y el ensalzamiento de uno de los grandes valores humanos: la amistad.
Suena bien. ¿No es cierto?
Pues al indudable atractivo que supone este planteamiento inicial hay que añadirle tres valores extra nada desdeñables; el primero una de las realizaciones formalmente más estilizadas del director húngaro, que a su vez se ve potenciada por el segundo; la partitura rabiosamente expresiva del gran Max Steiner; ambas al servicio tanto de la historia como de la poderosa interpretación desplegada por el inimitable James Cagney.